5 Claves para comenzar con el cambio de hábitos:

01.

Hacer 4 Comidas Bien Completas

No pasar hambre. Armar un menú semanal es clave para planificar, ya que evita que nos falte algún ingrediente a la hora de cocinar o que compremos en exceso y desperdiciemos alimentos. Si nunca lo hemos hecho, podemos empezar por planificar una comida al día. Para cumplir con las recomendaciones nutricionales ideales, es recomendable incluir una comida con carne, otra con pollo, otra con pescado, otra con pastas o legumbres, y otra que podría ser una tarta de verduras. Con esta base, podemos variar los métodos de cocción, los acompañamientos, las salsas o los rellenos, lo que nos permitirá disfrutar de una gran variedad de platos.

02.

Comer Todos los Grupos de Alimentos

Asegurate de incluir frutas en el desayuno y la merienda, y verduras en el almuerzo y la cena. (Siempre elegir frutas y verduras de estación).

03.

Armar Lista de Compras

Lo ideal es desglosar el menú y anotar los ingredientes de las recetas. Luego pensar en el desayuno, la merienda y lo que nos guste tener para un snack. Con esa organización es imposible decir “no comí fruta porque no tenía”. No eliminar las comidas “poco sanas” que nos generan placer, pero sí achicar las porciones.

04.

Cocinar de Más y Freezar

Siempre que podamos, tenemos que tratar de optimizar el tiempo que le dedicamos a la cocina. Por ejemplo, podemos preparar una bandeja con diversas verduras al horno, dividirlas en porciones y congelarlas. También podemos cocinar legumbres o arroz y guardarlos ya cocidos en bolsitas para congelador. Otra opción es aprovechar cuando cocinamos una carne al horno, cocinarla entera (ya que lleva un tiempo considerable), luego cortarla y congelarla en porciones junto con sus jugos. De esta manera, tendremos comidas listas en solo unos minutos cuando las necesitemos.

05.

Pensar a la Mañana lo que voy a hacer a la Noche

Tal vez suene exagerado, pero planificar el día nos permite anticiparnos y nunca estar desprevenidos. Desde llevarnos una fruta o frutos secos para la mañana o tarde si nos vamos de casa, pasando por preparar la vianda para el mediodía o hasta pensar en la cena por si tenemos que bajar algo del freezer o comprar algo que falte. Si le dedicamos 10 minutos por día a pensar en el resto de las comidas seguramente vamos a comer más sano que si no lo hacemos.

“No te olvides, tu piel habla de vos”.

Laura Romano